Joselin Mora demuestra que para ser repostero se necesita vocación
Los bizcochos y la masa para las tortas fondant deben ser de consistencia dura y compacta, la precisión a la hora de mezclar los ingredientes, el sabor y saber los colores exactos para los miles de diseños, que en la invención humana puedan existir, caracterizan el talento de un pastelero.
Joseline Denisse Mora San Lucas, de tan solo 25 años ha desarrollado una habilidad extraordinaria cuando se trata de una torta fondant, no solo al escoger un color, el arte está en sus manos. Todo comenzó cuando en su propio baby shower, un diseño de torta hizo que en su retina se impregnara la idea de aprender y preparar esa destreza que se convertiría en un emprendimiento.
Lucciano Moncayo Mora, le brindó más que una alegría en su vida, no solo el simple hecho de ser su primogénito, también permitió que esta joven expandiera su creatividad y descubriera en ella una habilidad oculta, la repostería.
Estudiar una carrera culinaria no solo demanda tiempo para la perfección en el detalle de una preparación al elegir un plato o postre, también se necesita una solvencia monetaria que permita experimentar con toda clase de sabor, textura e ingredientes que puedan presentar tu estilo. Uno de sus pilares en su carrera es su papá Juan Merino quien siempre trata de ayudarla nos comenta “Josy además de ser creativa, tiene el talento necesario para sacar de su cabeza todo tipo de ideas, esto hizo que como familia tomáramos la decisión que pagar estos estudios”.
Joseline nos comenta que él fue el primer apoyo económico luego de su periodo de gestación, junto a su madre Ivis San Lucas apoyaron estas ganas y permitieron que termine su actual profesión de repostera.
Una de las anécdotas más gratificantes fue venderle al co-propietario de una pastelería y panadería reconocida en la ciudad de Guayaquil “Pastelería Erick”, ubicada en la Plaza Dañín, “Personalmente no pensé que una pastelería o una panadería grande te puede pedir una especie de torta, es algo extremadamente satisfactorio cuando tu entorno comienza a notar tu presencia a través de tu trabajo.
La Escuela Culinaria de las Américas le impartió el conocimiento necesario, en solo 18 meses, un título de profesional Pastry and Baker Chef en el año 2016, la profesionalizó como una de las mejores estudiantes, teniendo siempre en cuanta durante la enseñanza a Karla Villacreses quien fue su mentora, admirada por el esfuerzo que hacía para pulir hasta el más mínimo detalle menciona que “Para ser excelente profesional solo hace falta mostrar el talento o la vocación y eso me lo demostró Josy”. Realizando el examen más difícil de la carrera y obteniendo su título ella logró incorporarse y comenzar a trabajar ya con sus recetas.
En estos dos años han existido alrededor de 500 pedidos entre bocaditos de sal y dulce, tortas con Fondant, cupcakes y cake pops. Se especializa en las tortas con diseños hechos con fondant.
Desde hace tres meses, Miriam Grados es una de sus clientes quien sin duda alguna menciona la calidad de su trabajo, por ello halaga el trabajo de Joseline “suaves, esponjosos y deliciosos, eso he probado en sus tortas…es detallista es perfeccionista, pedí un molde y me lo dio como yo quería”.
Actualmente trabaja en una empresa de call center en el cargo de conmutadora, agotando sus energías del día, pero siempre con el entusiasmo de seguir adelante en su negocio, “el factor económico es el que me tiene en stand by para abrir mi propia pastelería, pero ya estoy planteándome la idea de hacerlo, quizás realizar algún préstamo para poder lograrlo”. Con toda la actitud positiva transmitida a través de su sonrisa.
Dedicación constante, ahínco en sus propósitos, una familia llena de amor y el incondicional apoyo de su abuela y su padre permiten que Joseline, una muchacha dedicada a su retoño y su trabajo, tome fuerzas para continuar moldeando su futuro y dedicarse a lo que la apasiona, la pastelería.
Autor: Jonathan Rivera Vanegas.